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De cara a la nueva temporada, Brooks amplía su gama de calzado de trail running, con un modelo totalmente nuevo en su colección, la Brooks Mazama.

La nueva Mazama complementa a la Brooks Cascadia 11 y a la Brooks Puregrit 5, con lo que la marca americana consigue abarcar prácticamente todos los usos y usuarios del trail running. La Mazama se coloca en gama junto a las Salomon S-lab Sense, Saucony Peregrine, Inov 8 Ultra Race 270 ó Dynafit Vertical Pro.

Antes de poder calzárnoslas y descubrir sus cualidades técnicas, nada más abrir la caja, ya nos enamoró por su estética, aunque esto ya es gusto personal, el diseño es muy atractivo y con una elección muy acertada de colores.

Y ahora vamos a lo importante, y es que tal se corren con ellas, la primera sensación al ponérmela me lleva a recordar mis tiempos jóvenes al calzarme las zapatillas de clavos de cross, con un ajuste al pie perfecto, como un guante y una media suela de densidad muy alta que hace que los primeros pasos parezca una zapatilla dura. También se nota rápido la ligereza de las Mazama, con un peso de tan solo 260 grs.

Al comenzar a correr la sensación es de una estabilidad bestial, gracias a la acertada media suela que al principio parecía algo dura, pero que al correr la sensación desaparece, el material que utiliza Brooks para la amortiguación se llama BioMoGo DNA, en teoría es un material dinámico que se adaptada a las características del usuario. En la zona de los metatarsos lleva una placa de protección bastante efectiva a la hora de evitar clavarnos piedras en esa zona. La mediasuela tiene 6mm de drop.

Sobre terreno de monte la Brooks Mazama se demuestra una zapatilla muy rápida, donde fácilmente te pones a rodar a ritmos rápidos, simplemente alargando un poco la zancada, se nota como toda la energía se aprovecha para avanzar y no se disipa absolutamente nada en la pisada. Se comporta como un arco, en cuanto contactas con el suelo ya esta lanzandote hacia adelante, corredores con buena técnica de carrera y tobillos reactivos la van a sacar mucho partido.

Ya en terreno de montaña, el agarre es bastante bueno, aunque habría que dividirlo en dos partes, subiendo en pendientes máximas se nota que alargas más la zona de correr antes de empezar a andar y es en estas zonas donde su ligereza más se nota, sin embargo en pendientes de subidas máximas sobre piedra muy lisa, tipo pizarra, en apoyo de metatarso se pierde un poco de tracción, cierto es que ese tipo de pendientes solo se suben corriendo en kilómetros verticales o carreras muy cortas. Sin embargo bajando en las mismas placas de pizarra el agarre es perfecto, el taco esta perfectamente diseñado para la retención y teniendo en cuenta que utilizamos la totalidad de la goma de la suela, la perdida de adherencia que surge subiendo, bajando no aparece y en los descensos la increíble estabilidad y el buen agarre de la Mazama te va pidiendo más velocidad a la hora de bajar ya que da, una confianza total.

Destacar la protección en la puntera que lleva la Mazama para proteger los dedos de posibles patadas a piedras o raíces, es de material plástico muy muy rígido, presionándolo con las manos es imposible hacerlo ceder como si sucede con protecciones de otras zapatillas y esto en un modelo tan ligero es realmente significativo. La lengüeta esta cosida en los lateras a un tejido elástico que la impide que se mueva y evita  a su vez la entrada de piedrecillas en el interior de las zapatillas por esta zona.

Dado la época del año en la que estamos nos falta una prueba en mojado, pero salvo que vayamos de cazatormentas se nos antoja complicado, pero si la hemos podido probar a 32º y 34º y comprobar lo bien ventilada que está ya que en ningún momento se siente los pies con sensación de calor.

En resumen, zapatilla rápida, muy muy estable para terreno variado y distancias hasta 45/50km.